i n t r o d u c c i ó n

25 3 4
                                    

Manhattan, Nueva York.

11:20 am.

Trevor Froyd había reservado una suite en The Palace para compartir una noche con una de sus chicas.

Trevor Andrew Froyd tenía impulsos sexuales que no le dejaban en paz si no se tiraba a una, pero en eso no era un problema pues siempre tenía una larga fila y de un popurrí variado -valga la redundancia - que estaba dispuesta a hacerle un favorcito.

Esa mañana, singular al resto, Trevor Froyd se levantó de la cama sin la figura femenina a su lado con la que había compartido varias cosas la noche anterior.

Se frotó su rostro y movió su cabello, despertándose paulatinamente y aún confundido por la falta de presencia de la mujer con la que él estaba dispuesto a seguir jugando.

Pero no sólo estaba vestida, con su saco en el brazo augurando que debía irse, si no que sostenía en su mano un libro que firmaba en su tapa "Republica Masculina" y debajo, un nombre que últimamente se había convertido de un viejo y triste recuerdo a su enemigo: Blair Ryan.

—¿Por qué estas leyendo eso?

El joven Froyd volvió a frotar su rostro, pero esta vez lo hacía a modo de frustración. Era la cuarta vez, en la misma semana, que le pasaba. Quizás sí debía de haber creído que la tercera es la vencida.

—¿Esto? Es sólo lectura...

Trató de justificarse. Hubo un silencio por parte del Señor Froyd, un silencio donde sus labios emitían un suspiro sopesante, agrio y cansado en grandes cantidades.

—Eres libre de irte.

Determinó. Sus ojos lanzaban fuego. Era evidente que ese fuego atravesó los cristales de la muchacha, quien obediente, hizo lo posible por desparecer.

Brooklyn, Nueva York.

12:15 pm

Blair Marie Ryan de veintiocho años, se había convertido en un ícono influyente y popular para el público femenino. Jamás pensó que su ideal feminista sería tan aclamado y que llegaría tan lejos. Pero sí que lo deseaba.

Había aprendido que cuando algo lo deseas con fuerza, se cumple. Y sí que así era, es que estaba mirando con sus propios ojos una oleada de mujeres dispuestas a hacerle preguntas de todo tipo, mirándola como si ella fuera algún tipo de dios.

Antes de comenzar la reunión abierta, se dispuso a firmar libros a una fila de mujeres que a su parecer era interminable.

De entre la multitud que llegaba a cruzar la puerta de entrada, entró una muchacha que debía rondar por su edad, a las apuradas. Parecía recién levantada porque estaba arreglada por la mitad, como si estuviera huyendo de algo o alguien.

Se atrevió a empujar a una chica que se encontraba justo en el medio de la puerta. Sus tacones hacían un repiqueteo que aumentaba mediante se acercaba a Blair. Quizás era ese sonido sumado a las quejas de la fila, que no pudo concentrarse en firmar bien el libro que tenía en sus manos.

¡Pum! 

La muchacha echó a un lado a la mujer del autógrafo y reemplazó su espacio, apoyando sus manos sobre el escritorio. Miró fijo a Blair. Esta última intentaba entender qué le pasaba a la chica.

No hizo falta mucho misterio.

¡Gracias a tu libro me he librado del magnate mas magnífico de Manhattan!

Su rostro se transformó en alegría y orgullo, el de Blair también. No era la primera vez que se lo decían en la semana, pero la incrédula y vivaz manera que aquella muchacha tuvo de decírselo parecía mejor que la primera vez. Blair nunca se cuestionó una cosa: la identidad de aquél magnate que siempre le mencionaban.

—¿Tu nombre?

—Sarah

Blair se levantó de su asiento. Inmediatamente toda la fila se apresuró en saber qué ocurría. La joven escritora agarró el altavoz de mano y anunció:

—¡Mujeres, aquí tenemos a Sarah, un nuevo modelo que pudo vencer la tentación del señor...

La miró en busca de respuesta. Sarah le hizo una señal para agarrar ella el micrófono y con toda la emoción, la autora se lo entregó. Sarah con todas sus fuerzas y alegría, exclamó:

¡Trevor Froyd!

Toda la seguidilla de fans de Blair Ryan, aplaudió y vitoreó, pero a esta que llevaba un sonriente rostro lleno de orgullo, casi se le cae la mandibula al suelo al escuchar esas dos palabras.

¿Estaban hablando de Trevor Froyd? ... ¿Su ex-Trevor Froyd?

Cielos, hacía muchísimo que no sabía nada de aquél sujeto.   

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Nov 29, 2018 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

República MasculinaWhere stories live. Discover now