1.

                                    

                                              
Se despertó cómo cada día,se podría decir que para aquella chica todos los días eran iguales, por llamarlos de alguna manera. Podríamos decir que esa chica había dejado de disfrutar de la vida, pero no se podría decir con certeza puesto que desde aquel día decidió esconder sus sentimientos.
                          
—¿Qué día es hoy?—Preguntó la chica con las legañas de los ojos.
—Día de levantarse, son las 6, y a las 9 tenemos una fiesta ¿recuerdas?—Dijo el moreno que se encontraba a su lado.
—¿piensas obligarme Thomas? Sabes perfectamente que estoy cansada.
—Es lo que toca, venga vamos a arreglarnos lo pasaremos bien.
Thomas,era el mejor amigo de Iris,dormían juntos los fines de semana, los padres de ambos trabajaban mucho y apenas los veían, así que cuando se hicieron amigos decidieron que no estarían tan solos y estaban juntos para evitar la soledad,esa teñida sensación de estar sola en el mundo aunque estés en compañía,esa sensación de que todo puede contigo, que cuándo caigas nadie te levantará.
Ambos sé levantaron perezosamente de la cama y se arreglaron. Ella llevaba un vestido que le llegaba por los muslos,le gustaba bastante enseñar,era su forma de ser. Él se puso una camisa y unos pantalones ajustados y se dirigieron hacia la fiesta de vete tú a saber quién. Todos pensaban que popular estaba muy bien pero a veces tenía su parte mala como ido, gente que no te conocía  te invitaba y tenías que ir aunque fuese a saludar.
Él ambiente era cargado,lo normal en una fiesta, ya había gente por los suelos borracha y apenas había empezado, me llevaban ventaja, y eso era algo qué realmente odiaba, aunque no me gustaba reconocer era muy competitiva.
                          
—Hola Iris ,yo soy Eric, quién te invitó a la fiesta. Mira allí está la bebida arriba hay cuartos por si los necesitas, ya sabes. Al otro lado está el cuarto de baño y si quieres fumar en el porche,  sobretodo disfruta de la fiesta, y ya sabes si quieres algo más solo  llámame. —Dice el chico antes de irse.
—¿quieres algo de beber Tom?, Voy a tomarme algo. —Dijo con una sonrisa de oreja a oreja 
—Claro. Te acompaño.
                          
Ambos fueron a dónde se encontraba la bebida, y pidieron una botella de vodka ,era la bebida favorita de ambos, sobretodo por qué les Solís  poner a tono para toda la noche. De hecho les encantaba competir para ver quién acababa más borracho antes, a pesar de que al día siguiente se arrepintieran por la jaqueca  que tenían. cómo es de esperar nunca sabían quién gana ya qué al día siguiente no recuerdan absolutamente nada.
Mientras ambos competían la gente fue poniéndose alrededor de ambos para conseguir entender que es lo qué estaba ocurriendo, cuándo lo entendían se quedaban hasta formar una apuesta por ver cuál dados caía antes al suelo.
La chica se iba mareando por el efecto del alcohol en su sangre. Ella simplemente se dedicó a beber más hasta acabar tropezando cayendo en los brazos de un apuesto Moreno.

                          
—¿Te encuentras bien?
—Sí, sólo estoy mareada.
—¿quieres salir fuera? Te vendrá bien.
—Sí, gracias. Tom ahora vuelvo me voy con él a tomar el aire ¿vale?
—Claro, si necesitas algo llámame estaré por aquí.
—Tranquilo estaré bien.
El moreno ayuda a la chica a salir fuera puesto que ella no es capaz de dar un sólo paso sin tambalearse. Ambos se sientan en la terraza que hay y observan la noche tan tranquila que hay tras esas cuatro paredes llenas de música, alcohol y sexo.

                          
—Bueno, y ¿cómo te llamas?
—Me llamo Calum, aunque tú me puedes llamar Cal, tu futura obsesión
—¿perdona?
—Obsesión por mi cariño.
—¿por qué según tú piensas que voy a obsesionarme de ti?
—Por qué una vez las chicas me prueban quedan impregnadas de mí, la realidad es así 
—¿y quién dice que yo quiero siquiera probarte?odio la entrega tan chula como tú.
—¿puedes negarte? ¿Crees que puedes? O mejor dicho ¿quieres negarte?
—Quiero negarme
—Me gustan los retos, las chicas difíciles como tú son las que más me atraen, siempre se hacen las duras pero al final me desean como nadie.
—Teniendo en cuenta lo borracha qué voy no me importaría aceptar tu propuesta