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Miré el reloj otra vez, como si con ese simple acto lograse que los segundos, minutos y horas pasasen más de prisa. Moví el lápiz de forma compulsiva sobre el cuaderno en el cual estaba tomando notas de la clase de historia. Me perdí el hilo de lo que el profesor estaba hablando y me dediqué a mirar por la ventana que estaba a mi derecha, el cemento que rodeaba la ciudad era deprimente, volviendo todo gris y polvoriento alrededor, todo iluminado por un sol abrazador que parecía burlarse de mí en su lento caminar al horizonte. Definitivamente odiaba el sol, el día, si tan solo...

- ¡... deben traer su ensayo a mi oficina a más tardar mañana a mediodía!

La voz del profesor me sobresaltó, sacándome de mis pensamientos, con un suspiro frustrado tomé nota de la entrega de este trabajo, miré a mí alrededor y me encontré con la mirada escrutadora de Thomas, quien tenía sus ojos fijos en mí.

- ¿Se te perdió algo? - pregunté de forma brusca

- Te estaba observando - soltó como si nada

- ¿En serio? Créeme que no lo noté - bufé sarcástica - ¿Qué es lo que quieres?

- Saber que observabas - susurró misterioso

- ¿¡Y eso a ti que te importa!? - contesté del mismo modo

- Ilai... Thomas... - dijo el profesor - ¿Los estoy interrumpiendo?

La llamada de atención del profesor hizo que le lanzase una mirada asesina a Thomas.

- Nada señor Tannen - respondí fingiendo amabilidad - le estaba explicando sobre el ensayo, al parecer no había prestado la atención suficiente

El señor Tannen no tuvo tiempo de decirme nada ya que el timbre lo interrumpió, anunciando que la clase se acababa, provocando una estampida de estudiantes hacia el pasillo. Guardé mis cosas apresuradamente y salí de allí.

Una vez en el pasillo me vi rodeada de chicos y chicas que conversaban animadamente de cualquier tema que no tuviese que ver con la escuela, me puse la capucha de la sudadera negra que llevaba y caminé sin prestarle atención a nadie hacía el comedor.

- ¿Te va persiguiendo el diablo o qué?

Tod había llegado a mi lado con su sonrisa seductora, pasó una mano por mi hombro y bajó la capucha.

- Ya sabes que no es bueno parecer un espectro - bromeó

- ¿Quién sabe? Quizás y así deje de existir de una vez por todas - solté

- Nada de eso, este mundo no sería lo mismo sin ti

Él estaba acostumbrado a mi humor sombrío, debo decir que era el único, no sabía cómo era que nos habíamos hecho amigos, ya que éramos los polos opuestos en la mini sociedad de escuela en la cual estábamos; por un lado él era la popularidad personificada: pelo castaño oscuro hasta las orejas con rizos rebelde, ojos color pardo, medía cerca de un metro ochenta, su cuerpo era atlético, era todo un panorama verlo sin camiseta; en cambio yo, era de estatura promedio, no pasaba el metro sesenta y cinco, mi pelo rebelde de color castaño rojizo era un dilema mundial, mis ojos color café eran normales, y mi cuerpo no tenía las curvas marcadas de la mayoría de las chicas de nuestra edad. Tod era el centro de las fiestas y la atención, yo era una antisocial que siempre estaba al margen. Aun así, nos complementábamos, compartíamos los silencios, tristezas y alegrías, conocíamos el alma el uno del otro, pero no en el plan romántico, si la familia pudiese elegirse, él claramente sería mi hermano.

El Espejo De Orquídeas (SUSPENDIDA)Where stories live. Discover now